sábado, 8 de noviembre de 2008

RAÚL ENRIQUE PÉREZ GASQUE

El verano pasado falleció la señora Elsie Gasque, madre de Raúl Pérez Gasque, quien tiene el nada ostentable título de ser el único desaparecido yucateco de la guerra sucia mexicana. Recibí la noticia con mucho pesar, pues había prometido a doña Elsie que haría todo lo humanamente posible por investigar dónde estaba su hijo. No pude cumplir con mi palabra. El Estado mantiene secuestrado a Raúl, en cuerpo y memoria. Mis habilidades detectivescas me sirvieron muy poco para esclarecer qué había pasado con "Alfonso" y su esposa "Murcia" entre el inicio de la Operación Diamante, a mediados de febrero y su detención, a fines de marzo. Sin embargo, puedo asegurar que pocos casos de "héroes anónimos" me despertaron semejante frenesí investigativo, y no me avergüenza admitir que el transfondo de ese interés fue su historia de amor. Un amor breve pero intensísimo, sellado por un destino común y eterno. Puede no ser más que una apreciación subjetiva de mi parte, pero estoy convencida de que con las descripciones de aquellos fríos documentos en lenguaje policiaco de la DFS se puede hacer un ejercicio arqueológico que nos permita aproximarnos a esa comunión y a esa vehemencia con la que la pareja de jóvenes revolucionarios peleó hasta el final para impedir la muerte de su utopía. Me rindo ante su estatura moral y sé que este pequeño escrito perdido en la inmensidad del cyberespacio no es ningún homenaje digno a su memoria, pero a través de pequeñas acciones como ésta, alguien más que yo puede voltear la mirada hacia la belleza de su lucha y su sacrificio. Sirva pues esta semblanza biográfica para recordar el cumpleaños de Raúl Enrique quien, casualmente, nació el mismo día que el revolucionario yucateco Felipe Carrillo Puerto.


RAÚL ENRIQUE PÉREZ GASQUE (a) “MIGUEL”, “ALFONSO”
Nació en la ciudad de Mérida, Yucatán, el 8 de noviembre de 1947. Era hijo del Ing. Héctor Pérez Torres, quien ocupó diversos cargos en la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas, y de la señora Elsie Gasque, descendiente de una connotada familia de hacendados yucatecos de la llamada “casta dorada”. Cursó el bachillerato en la preparatoria de la Universidad de Yucatán, aunque interrumpió sus estudios por razones económicas. Después de trabajar una temporada en la Ciudad de México, regresó a Mérida y se incorporó al activismo estudiantil, resultando electo Oficial Mayor de la Sociedad de Alumnos de su preparatoria. A través de este organismo, en 1968 apoyó el movimiento estudiantil de la Ciudad de México. Por su cuenta, hizo trabajo social entre las comunidades indígenas aledañas a Mérida, entre las que recibió el apodo de "El Santito".
Tras la represión al movimiento estudiantil, pasó a la clandestinidad y se incorporó al Ejército Insurgente Mexicano y más tarde participó en la fundación de las Fuerzas de Liberación Nacional y del Núcleo Guerrillero Emiliano Zapata. El 1° de diciembre de 1973 contrajo matrimonio revolucionario con Elisa Irina Sáenz Garza (a) "Murcia". Se especializó en topografía y levantó diversos planos de las cañadas, que cayeron en poder del ejército, al comenzar la Operación Diamante en 1974. Protagonizó dos enfrentamientos con elementos del 46° y 57° Batallones de Infantería y el 21 de marzo fue detenido con su esposa por ejidatarios de Santa Rita, mpo. de Ocosingo, Chis., quienes los entregaron al ejército. Fueron trasladados por vía aérea al Campo Militar No. 1, en la Ciudad de México, donde fueron interrogados y desaparecidos. El último registro que se tiene de ellos corresponde al 9 de abril de 1974, fecha en la que la Dirección Federal de Seguridad elaboró su ficha signalética. La CNDH acreditó su desaparición forzada en el año 2001.[1]

Foto de su detención


[1] 124-U, Caso del señor Pérez Gazque (sic) Raúl, , Exp. CNDH/PDS/90/CHIS/S00004.000 en: http://www.cndh.org.mx/lacndh/informes/espec/desap70s/expedientes/URBANA/fr_urbana.htm, fecha de consulta: 10 de marzo de 2008.

2 comentarios:

Unknown dijo...

la belleza de su lucha...la imagen talvez valga más que mil palabras...palabras apreciadas y ansiosas de justicia

Anónimo dijo...

Mientras exista una persona que lo recuerde, Raul seguirá vivo...