miércoles, 22 de septiembre de 2021

Benjamín Pérez Aragón, revolucionario eterno

 El 13 de septiembre del 2021 falleció el exguerrillero lagunero-juarense Benjamín Pérez Aragón. Desde entonces tengo un nudo en la garganta y otro en el corazón, que me impiden expresar lo que esta pérdida representa para mí. Con mucho trabajo he pergueñado esta breve semblanza biográfica, pues no concibo que no se hable de Benjamín, de su estatura moral, de su lucha de décadas, de su legado... Espero en una próxima entrega desatar los nudos y expresarme como a Benjamín le hubiera gustado, con franqueza y claridad, sin tibieza. Por ahora, todo lo que puedo decir es que Benjamín es uno de esos personajes históricos que merecen ser memorializados. 

Semblanza biográfica de Benjamín Pérez Aragón

 

Nació el 31 de marzo de 1948 en el Compás, municipio de Gómez Palacio, Durango, en la Comarca Lagunera. Fue el hijo más chico de los ocho que tuvo la pareja conformada por Sanjuana Aragón Zúñiga y José Pérez de Santiago, oriundos de Durango. Este último había sido un revolucionario villista y fue beneficiario del reparto agrario cardenista. Los padres se conocieron cuando trabajaban como migrantes temporales en San Francisco, Estados Unidos, por lo que la familia desarrolló conexiones en la frontera y más allá. Benjamín perdió a sus padres a la edad de 9 años y él y su hermana mayor se fueron a vivir a las inmediaciones de Ciudad Juárez. Terminó la primaria en el semi-internado católico de San Ignacio y posteriormente estudió para contador privado en la Academia Comercial Bilingüe de Ciudad Juárez, de la cual se graduó en 1963. Tuvo varios trabajos asalariados para mantenerse a sí mismo, a la par que siguió estudiando en la escuela secundaria nocturna. Se inscribió como voluntario socorrista en la Cruz Roja, donde conoció a jóvenes como Salvador Corral García, quien al paso de los años también se sumó al movimiento guerrillero. 

 

En 1964, Benjamín fue elegido presidente de la sociedad de alumnos de la secundaria y editor del periódico escolar “Tribuna estudiantil,” en la que publicó una nota sobre el movimiento guerrillero de Madera, Chihuahua. Benjamín encabezó un movimiento contra el cobro de cuotas que lo llevó a la Ciudad de México, donde conoció al doctor Pablo Gómez Ramírez, a quien después identificaría como uno de los caídos en Madera. Tras egresar de la secundaria nocturna, trabajó como profesor de la Academia Comercial Bilingüe, en la que encabezó un movimiento para mejorar las condiciones laborales de los profesores, por lo que sería expulsado por el director. Para entonces, Benjamín ya se identificaba inequívocamente con las ideas socialistas y revolucionarias y simpatizaba con las gestas guerrilleras de Cuba y otras partes de América Latina. 

 

Benjamín se matriculó en la preparatoria de “El Chamizal”, donde se integró al movimiento estudiantil de 1968. El Consejo Nacional de Huelga había mandado como delegado a Ciudad Juárez a Jesús Simental Banderas, quien logró que las escuelas de Juárez se fueran a huelga, incluida la de “El Chamizal.” En ese mismo año, Benjamín intentó luchar por mejorar las condiciones operativas de los socorristas de la Cruz Roja, sin encontrar eco en sus demandas. Tras el desenlace represivo del movimiento estudiantil en Tlatelolco, el Consejo Local de Huelga de Ciudad Juárez entró en proceso de desintegración, sin embargo, Benjamín tuvo un papel protagónico en reorganizar a los estudiantes dispersos para dar continuidad a la lucha. Así, fue uno de los promotores de la conversión del Consejo Local de Huelga en el Consejo Local de Lucha (CLL), el cuál no atendería únicamente demandas estudiantiles, sino que se involucraría con las luchas populares, como las invasiones de paracaidistas para fundar colonias populares. En el CLL, Benjamín conoció a los hermanos Domínguez, Alberto, José, Miguel y Gabriel. Estos dos últimos serían una influencia decisiva en su proceso de radicalización. Una de las acciones más notables del CLL, en la que Benjamín tuvo el liderazgo, fue la realización de actos de agitación y propaganda contra la visita del candidato presidencial Luis Echeverría a Ciudad Juárez, en 1970. La izquierda juarense lo denunció como uno de los asesinos de Tlatelolco y se rehusó a ser parte de su esfuerzo de reconciliación nacional. No obstante, el mitin contra Echeverría convocado por distintas fuerzas de izquierda fue reprimido por la policía y algunos activistas quemaron el templete donde había estado Echeverría, lo que costó presos y al parecer muertos al movimiento. Posteriormente, el CLL se dividió entre un ala abierta y una cerrada, puesta a pasar a una etapa superior de la lucha revolucionaria. A la postre, los desacuerdos al interior del consejo provocaron su desintegración. 

 

El Doctor Roberto Vázquez Muñoz, líder de la Alianza Cívico Democrática Juarense, conectó a Benjamín con dos exmilitantes del Frente Urbano Zapatista, Rigoberto Lorence y Lourdes Quiñones. Benjamín entonces renunció a su trabajo estable en la Comisión Federal de Electricidad y se incorporó a la lucha clandestina el 1º de enero de 1971. El comando aislado de Rigoberto, Lourdes y Benjamín se unió a los llamados Lacandones a partir de un encuentro fortuito entre Benjamín y su antiguo camarada de lucha, Alberto Domínguez. Benjamín y otros Lacandones acudieron desarmados a la marcha del 10 de junio de 1971 en San Cosme. Tras la jornada represiva, Benjamín comenzó a participar en expropiaciones revolucionarias, en las que propuso bautizar a su comando como “Arturo Gámiz.” Benjamín realizó un operativo conjunto entre los Lacandones y los Macías para asaltar un banco en Nuevo Laredo, Tamaulipas, lugar donde fue aprehendido por la policía y torturado salvajemente tras un intento de fuga. La única razón por la que fue liberado fue porque el jefe de la policía pensó que se trataba de un narcotraficante, ya que Benjamín nunca reveló su verdadera identidad.

 

En octubre de 1972, Benjamín fue aprehendido de nueva cuenta en la Ciudad de México junto con José Domínguez, al perseguir una camioneta bancaria que recogía los valores de la empresa Pepsi Cola, debido a que, sin saberlo, usaban el auto quemado de la militante Olivia Ledesma. Tras las sesiones de tortura, Benjamín fue enviado a la Penitenciaría de Lecumberri, en la que permaneció seis años, para después ser transferido al reclusorio Oriente. Dentro de la cárcel, Benjamín tuvo profundas diferencias políticas con sus compañeros de militancia, lo que lo llevó a convertirse en uno de los primeros rectificadores de la vía armada. Recibió el beneficio de la amnistía en 1979 y se incorporó de lleno a la militancia abierta, a través de organismos como la Organización Marxista por la Emancipación Proletaria, la Corriente Socialista y el Frente Nacional Contra la Represión. Fue responsable de la construcción del Partido Patriótico Revolucionario en Aguascalientes, el cual se transformó en Partido Mexicano Socialista. Participó en la fundación del Partido de la Revolución Democrática en Aguascalientes y en la última etapa de su vida militó en el Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA). Falleció de imprevisto en Aguascalientes el 13 de septiembre del 2021 a consecuencia de las secuelas que la tortura había dejado en sus riñones, las cuales lo acompañaron por el resto de su vida. Le sobreviven su compañera, la también exguerrillera y luchadora social Alejandrina Sosa Ávila y su hijo José Ricardo Pérez Ávila.

2 comentarios:

Loperena dijo...

También estuvo presente en la primera convención democrática zapatista como delegado.

Unknown dijo...

El ejemplo de Benjamin como el de Lucio Cabañas debe introyectarse en el corazón de las nuevas generaciones.