En esta página encontrará información relevante sobre la llamada "guerra sucia" mexicana que se desarolló durante las décadas de los sesenta, setenta y ochenta del siglo XX.
miércoles, 8 de octubre de 2008
Invitación a actividades conmemorativas del M-68
miércoles, 1 de octubre de 2008
“’Here’s a farewell present for you.’ And they started hitting us as though they were breaking piñatas.”
- Anonymous eyewitness of the student massacre,
- Testimony of a Mexican soldier after participating in the 1968 Tlatelolco Massacre
The movement of 1968 has definitely marked this country’s (
The student movement began in the summer of 1968. It indisputably is the medium that forged a selection of politically motivated upheavals that acutely decried the state’s legitimacy and ineptitude. Students rose high above their stereotypic image as self-righteous bookworms out to better their own lives. Although portions of the student body might have fit these characteristics the other half of the student population yielded their personal interests in lieu of the welfare of its fellow compatriots. Nor was the student movement exclusive. The radical panoply of the 1968 Mexican Student Movement represents years of frustration, distress, and inconformity by the Mexican popular classes. Some may argue that the student rebellion began in the summer of 1968 but the conflict between students and the state began decades ago attributed, by first, the lack of university autonomy.
In the sixties, political oppression elevated students’ political awareness. The regulation against “social dissolution” and also “criminal association and sedition” facilitated the growth of a radical youth that was ready to take-on the government. Democratic avenues for political change were being close.
We must discontinue believing that the student movement was a student rebellion and nothing else. In the event of sounding paradoxical—the fact of the matter is that this detail is neither accurate nor erroneous. Former participants would never claim that the movement’s intentions and objectives were plainly meant to reform the education system or were only snobbishly intended to persuade the government to allocate massive quantities of funds to education in exchange for providing subsidized programs intended for indigent communities. There has been conclusive evidence from ex-participants, scholars, witnesses, and formally aligned organizations of the rebellion, which suggests that the 1968 rebellion was a “popular” revolt composed of various social groups from diverse socio-economic environments. Second, students made up a segment of the popular classes because hypothetically they fit into that particular social category because of their family background. Granted many students were from upper class families, but with time they evolved into student-proletariats, a term they appropriated through their interpretation of Marxism. What once may have been a firm relationship between the ruling party and the bourgeoisie; it was now jeopardized by the radical student or petty-bourgeoisie who initiated a new process to eliminate absolutism and hegemony—prompted by the lack of democracy.
According to a statement made by Gilberto Guevara Niebla, “I am convinced that the future of this country lies in the hand of the young people of my generation.: To demonstrate that they were capable of being leaders and understood politics, students from various universities in
Tomorrow Mexico City will commemorate 40 years since that disgraceful day when people's lives were changed forever. Family members of lost students, children, fathers, brothers, and sisters will march throughout Mexico City as a gesture of solidarity for those lost in the massacre, but most importantly prevent this malicious act from being forgotten. Mexican society continues to denounce the repressive measures taken by the state to impede the democratic opening of Mexico's. Please join us in solidarity.
Fernando Calderón
2 de octubre de 1968, nunca lo olvidaremos
jueves, 25 de septiembre de 2008
Francisco Paredes Ruiz
Este 26 de septiembre se cumple un año de la desaparición de mi padre Francisco Paredes Ruiz; un año más de impunidad, un año de incertidumbre, de angustia y de coraje para nosotros como familiares y amigos, un año en el que hemos exigido y luchado por su presentación con vida, año en el que una vez mas el gobierno federal muestra su cara cínica con una burla, al no aceptar la desaparición de mi padre como desaparición forzada lo cual ha llevado desde un principio a que el caso no lo tomen en serio y las investigaciones las lleven por líneas absurdas y tontas con su supuesto y viejo propósito de crearnos el desgaste moral.
Recordando que México ha firmado y ratificado acuerdos internacionales sobre desaparición forzada de personas, y a más de 6 años que existe en el estado una iniciativa sobre la ley de desaparición forzada de personas que prohíbe, erradica y sanciona este crimen de lesa humanidad, ha quedado en el olvido.
Este 26 de septiembre estaremos una vez mas en pie de lucha por la exigencia de la presentación con vida de mi padre Francisco Paredes Ruiz, luchador social quien dedicaba su vida a la defensa de las derechos humanos, y era antes de su desaparición, integrante de la Fundación Diego Lucero A.C., que promueve y defiende los derechos humanos.
La Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) organismo que existe para evitar las violaciones a los derechos humanos, ha mostrado su incompetencia en el caso de mi padre Francisco Paredes Ruiz.
Hoy por el clima que se vive en este estado de Michoacán, de terror y miedo por las detonaciones del 15 de septiembre en donde murieron personas inocentes y muchas resultaron heridas, estamos consternados por estos atropellos de este gobierno incompetente hacia nuestro pueblo: desapareciendo, masacrando y encarcelando a gente inocente.
Como familiares y víctimas de este sistema hacemos la invitación a toda la sociedad civil para que juntos protestemos y rompamos con el cerco de la inseguridad que vivimos en estos momentos en nuestro estado, en donde el gobierno tanto federal como estatal no nos garantizan nuestra seguridad como lo deben de hacer, si no que nos militarizan las calles, y lo único que han hecho es violar día a día nuestros derechos constitucionales, abusando de la población michoacana con su supuesto “Golpe al narcotráfico”
Por eso hoy les pedimos que en cualquier lugar donde quiera que se encuentren den su solidaridad hacia nosotros: pronunciándose por la presentación con vida de mi papá y de todos los desaparecidos, hagamos una unidad por la vida, por la paz, la justicia y sobre todo por nuestra libertad, independientemente de la forma de lucha que llevemos y como la llevemos siempre y cuando sea por una causa justa.
¡Vivos se los llevaron vivos los queremos!
¡Presentación con vida de Francisco Paredes Ruiz, Edmundo Reyes Amaya, Gabriel Alberto Cruz Sánchez, Lauro Juárez, así como la de todos los desaparecidos del país!
¡Por la vida, libertad, la dignidad, la justicia y sobre todo por el amor, nunca más un desparecido!
Comité Nacional de familiares por la presentación
con vida de las y los desaparecidos
vivoslosqueremos@hotmail.com
044 44 31 72 81 82
domingo, 21 de septiembre de 2008
Bibliografía sobre la guerra sucia mexicana
-Acosta Chaparro, Arturo. Movimiento subversivo en México. México, s. n., 1990.
-Aguayo Quezada, Sergio. La charola: una historia de los servicios de inteligencia en México. México, Grijalbo, 2001.
-Alonso Vargas, José Luis. Siete guerrilleros mexicalenses. México, s.e., 2004.
-Aguilar Camín, Héctor. La guerra de Galio. México, Cal y Arena, 1991.
-Anaya Gallardo, Federico et al. Siempre cerca, siempre lejos. Las fuerzas armadas en México. México, Global Exchange/CIEPAC/CENCOS, 2000.
-Aranda Flores, Antonio. Los cívicos guerrerenses. México, s.e, 1979.
-Armendáriz, Minerva. Morir de sed junto a la fuente. México, Universidad Obrera de México, 2001.
-Aroche Parra, Miguel. Los secuestros de Zuno, Figueroa y la muerte de Lucio Cabañas. México, Editora y Distribuidora Nacional de Publicaciones, México, 1976.
-Ayala Guevara Leopoldo. La guerra sucia en el estado de Guerrero. Chilpancingo, s.e. 2006.
-Bartra Verges, Armando. Guerrero Bronco. Campesinos, ciudadanos y guerrilleros en la Costa Grande. México, Era, 2000.
-Bellingeri, Marco. Del agrarismo armado a la guerra de los pobres. Ensayos de guerrilla rural en el México contemporáneo: 1940-1974. México, Casa Juan Pablos-Secretaría de Cultura del DF, 2003.
-Bonilla Machorro, Carlos. Ejercicio de guerrillero. México, Grupo Editorial Gaceta, 1983.
-Cabañas Barrientos, Pablo. Lucio Cabañas. Poesía y canciones. México, STUNAM, 1998.
-Canseco Edgardo, Felipe (coord.). Lucio Cabañas 20 años después. México, Claves Latinoamericanas/Centro de Información y Monitoreo de los Derechos Humanos en México, 1995.
-Carrasco Gutiérrez, Leticia. La guerrilla en México 1970-1976. El caso de Guadalajara: la Liga Comunista 23 de Septiembre. Tesis de Maestría en Ciencias Sociales de la Universidad de Guadalajara. Guadalajara, La autora, 1999.
-Castañeda, Salvador. ¿Por qué no lo dijiste todo? México, Grijalbo, 1978?
_________. Los diques del tiempo (diario desde la cárcel). México, UNAM, 1991.
_________________. La negación del número. México, CONACULTA, 2006.
-Castellanos, Laura. México armado. 1943-1981. México, Era, 2007.
-Cerón Anaya, Hugo Ricardo. Historia, literatura y memoria: la guerrilla en México durante la década de los setenta. Tesis de Licenciatura en Historia de la UNAM. México, El autor, 2001.
-Cilia, David. Carpizo y el informe de la CNDH. México, Centro de Derechos Humanos Yax´kin-Editorial Comuna y Servicios, 2002.
-Condés Lara, Enrique. Represión y rebelión en México. (1959-1985). T. 1 y 2. México, Porrúa, 2007.
-Comité Eureka. Eureka: historia gráfica, doce años de lucha. México 1977-1989. México, s. e., 1989.
-Contreras Orozco, Javier. La guerrilla: del asalto al cuartel Madera al EPR. Chihuahua, s.e., 1998.
___________, Javier H. Los informantes. Chihuahua, Universidad Autónoma de Chihuahua, 2007.
-Cortés Gutiérrez Donají. El impacto que dejó la guerra sucia de México en militantes de la guerrilla urbana y en familiares. México, el autor, 2005. Tesis de licenciatura en Ciencias de la Comunicación. UNAM/FCPS.
-Custodio Reyes Serrano, Angel. ¡Trinchera…! Lucio Cabañas, Genaro Vázquez y su guerrilla. México, Costa-Amic Editores, 1985.
-Dios Carmona, Sergio René de. La historia que no pudieron borrar. La guerra sucia en Jalisco 1970-1985. Guadalajara, La casa del mago, 2004.
-El Universal. Los movimientos armados en México 1917-1994.
-¡Elías y Miguel, los arrancaremos del injusto cautiverio! Chilpancingo, Universidad Autónoma de Guerrero, 1983.
-Espionaje político. México, Proceso, 1980.
-Fernández Gómez Raúl. Jeu politique et guerrilla rural au Mexique. París, El autor, 1980. Tesis de Doctorado, École des Hautés Études en Sciences Sociales.
-Fernández Menéndez, Jorge. Nadie supo nada. La verdadera historia del asesinato de Eugenio Garza Sada. México, Grijalbo/Random House Mondadori, 2006.
-Fierro, Felipe. El último disparo. México, Editorial Atl, 2006.
-Fierro Loza, Francisco. Los papeles de la sedición o la verdadera historia político-militar del Partido de los Pobres. México, s.e., 1984.
-Galeana Laurel, Enrique. Tempestades. Chilpancingo, Universidad Autónoma de Guerrero, 2005.
-Gallegos Nájera, José Arturo. La guerrilla en Guerrero. Testimonio sobre el Partido de los Pobres y las Fuerzas Armadas Revolucionarias. México, Editorial Lamm, 2004. 1ª y 2ª ed.
-Gámez Rascón, Jesús Manuel. A la luz de esta historia de batallas. Mecanográfico.
-Gil Olivo, Ramón. Orígenes de la guerrilla en Guadalajara en la década de los setentas. Guadalajara, Universidad de Guadalajara, s/f.
-Glockner Corte, Fritz. Veinte de cobre. Memoria de la clandestinidad. México, Joaquín Mortiz, 1997.
________. Cementerio de papel. México, Ediciones B, 2004.
________. Memoria roja. Historia de la guerrilla en México (1962-1968). México, Ediciones B, 2007.
-Godínes, Prudencio. ¡Qué poca Madera! La de José Santos Valadés. México, s. n., 1966.
-González Ruiz, José Enrique. Cuentos de la guerra sucia. México, Tierra Roja, 2003.
____________. Quirina y Aleida (una tragedia de final semifeliz). México, Huasipungo, 2002.
________ y David Cilia, comps. Testimonios de la guerra sucia. México, Editorial Tierra roja, 2006.
-Grange, Bertrand de la y Maité Rico. Marcos, la genial impostura. México, Aguilar, 1997.
-Hernández Ramírez Tania Paloma. El poder de la memoria o la memoria del poder. La guerra sucia en México: una disputa entre la memoria y el olvido. México, el autor, 2006. Tesis de Licenciatura en Psicología. UNAM/Facultad de Psicología.
-Hipólito, Simón. Guerrero, amnistía y represión. México, Grijalbo, 1982.
-Hirales Gustavo. La Liga Comunista 23 de Septiembre. Orígenes y naufragio. México, Ediciones de Cultura Popular, 1977. 112 p.
_____________. Memoria de la guerra de los justos. México, Cal y Arena, 1996. 330 p.
-Ibarra Chávez Héctor. Pensar la guerrilla en México. México, Ediciones Expediente Abierto, 2006.
-Iracheta Lozano, Armando y coacusados. Proceso 211/73. Un proceso excepcional. México, Editora y Distribuidora Nacional de Publicaciones, 1979.
-Jaramillo Ménez, Rubén. Autobiografía. México, Nuestro Tiempo, 1981.
-Jiménez Triana, Álvaro. El guerrillero del pueblo: Lucio Cabañas y el Partido de los pobres. México, el autor, 2004. Tesis de Licenciatura en Ciencias de la Comunicación, UNAM/FCPS.
-Lagarda Lagarda, Ignacio. El color de las amapas. Crónica de la guerrilla en la sierra de Sonora. Hermosillo, UTS/ITESCA/Liceo Tecnológico de Sonora, 2007.
-Laguna Berber, Mauricio Abraham. La prensa clandestina en México. El caso del periódico Madera. 1973-1981. Tesis de Licenciatura en Ciencias de la Comunicación de la UNAM. México, El autor, 1997.
-Legorreta Díaz, María Del Carmen. Religión, política y guerrilla en Las Cañadas de la Selva Lacandona. México, Cal y Arena, 1998.
-Lira Robles José Alonso. Guerrilla en Guanatos. Guadalajara, CONACULTA, 2006.
-López Astrain, Martha Patricia. La guerra de baja intensidad en México. México, Plaza y Valdés/Universidad Iberoamericana, 1996.
-López, Jaime. Diez años de guerrillas en México. México, Posada, 1974.
-López de la Torre, Saúl. Guerras secretas. Memoria de un exguerrillero de los setentas que ahora no puede caminar. México, Artefacto Editor, 2001.
-López Limón, Alberto. El movimiento jaramillista (1915-1962). Tesis de Licenciatura en Sociología de la UNAM. México, El autor, 1994.
___________. Autoritarismo y cambio político. Historia de las organizaciones político-militares en México 1945-1965. Tesis de Maestría en Ciencia Política de la UNAM. México, El autor, 2000.
___________. Historia de las organizaciones político-militares en México 1960-1980. México, El autor, 2004. Tesis de Doctorado en Ciencia Política de la UNAM.
___________. David Jiménez Sarmiento. Por la senda de la revolución. México, Centro de Investigaciones Históricas de los Movimientos Sociales “Rubén Jaramillo Ménez”, 2006.
-Lugo Hernández, Florencio. El asalto al cuartel de Madera. Chihuahua, 23 de septiembre de 1965. México, Tierra Roja, 2003.
-Macías, Julio César. Mi camino: la guerrilla. México, Planeta, 1999.
-Maier Elizabeth. Las madres de los desaparecidos. ¿Un nuevo mito materno en AL? México, Universidad Autónoma Metropolitana/El Colegio de la Frontera Norte/La Jornada, 2001.
-Martínez Carvajal, Vanessa. Ellas son fuerza: las mujeres del Comité Eureka-Jalisco. Tesis de Licenciatura en Sociología de la Universidad de Guadalajara. Guadalajara, La autora, 2003.
-Martínez Nateras, Arturo. El secuestro de Lucio Cabañas. Madrid, Altalena, 1986.
-Masera, Mariana, comp. Los nombres sin tumba. México, Praxis, 2000.
-Mayo, Baloy. La guerrilla de Genaro y Lucio. Análisis y resultados. México, Diógenes, 1980.
-Maza, Enrique, comp. Obligado a matar. Fusilamiento de civiles en México. México, Proceso, 1988.
-Miranda Ramírez, Arturo. El otro rostro de la guerrilla. Genaro, Lucio y Carmelo: experiencias de la guerrilla. México, Editorial “El Machete”, 1996.
_____________. La violación de los derechos humanos en el estado de Guerrero durante la guerra sucia: una herida no restañada. Chilpancingo, 2006, versión electrónica.
-Montemayor, Carlos. Guerra en el paraíso. México, Seix Barral, 1997.
__________. La guerrilla recurrente. México, Debate, 2007.
___________. Las armas del alba. México, Joaquín Mortiz, 2003.
___________. La fuga. México, Fondo de Cultura Económica, 2007.
-Mora, Juan Miguel de. Lucio Cabañas, su vida y muerte. México, Editores Asociados, 1975.
___________. La guerrilla en México y Genaro Vázquez Rojas, su personalidad, su vida y su muerte. México, Latinoamericana, 1972.
____________. Si tienes miedo. México, Editores Asociados, 1974.
-Morales Hernández, José de Jesús. Memorias de un guerrillero. Guadalajara, El autor, 2006.
______________. Los vuelos de la muerte. Guadalajara, El autor, 2007.
-Munguía, Jacinto R. Las nóminas secretas de gobernación. México, LIMAC, 2004.
____________. La otra guerra secreta. Los archivos secretos de la prensa y el poder. México, Random House Mondadori, 2007.
-Negrete, Juan Manuel. Canuteros de plomo. México, Porrúa, 2003.
-O’Connor Rocha, María Teresa. Mariana. México, STUNAM, 1987.
-Ochoa Pineda, Fernando. En las profundidades del MAR. México, Plaza y Valdés, 2003.
-Oikión Solano Verónica y Marta Eugenia García Ugarte, editoras. Movimientos armados en México en el siglo XX. 3 v. Morelia, CIESAS/COLMICH, 2006.
-Ortiz, Orlando. Genaro Vázquez. México, Diógenes, 1972.
-Ornelas Gómez, Francisco. Sueños de libertad. Chihuahua, s.e., 2005.
-Orozco Michel, Antonio. La fuga de Oblatos. México, CIHMS/La casa del mago, 2007.
-Poniatowska, Elena. Fuerte es el silencio. México, Era, 1981.
-PROCUP-PDLP. Lucio Cabañas y el Partido de los Pobres. Una experiencia guerrillera en México. México. Nuestra América, 1987. (La primera edición apareció como: Partido de los Pobres. Lucio Cabañas y el Partido de los Pobres. Una experiencia guerrillera en México. México, Ediciones de Cultura Popular, 1973).
-Ramírez Abundis, Mónica. Los setenta: utopía y guerra sucia en Guadalajara. Guadalajara, Universidad de Guadalajara, 2002.
-Ramos, Agustín. Al cielo por asalto. México, Era-SEP, 1986.
-Ramos Zavala, Raúl et al. El tiempo que nos tocó vivir y otros documentos de la guerrilla en México. México, Tierra Roja, 2003.
-Ravelo, Renato. Los jaramillistas. México, Nuestro Tiempo, 1978.
-Rentería Martínez, Carlos Augusto. Guerrero en primera plana: la ACNR y la guerrilla rural en el estado de Guerrero a través de la prensa en México (1964-1972). Tesis de Licenciatura en Historia de la UNAM. México, El autor, 2004.
-Retes, Ignacio. Por supuesto. México, Océano, 2000.
-Reyes Peláez, Juan Fernando. Los movimientos armados en México (1943-1985), inédito.
-Rico Galán, Víctor. Escritos políticos (1966-1971). México, Ediciones proletariado y revolución, 1984.
-Riego C., María Teresa del. Lucio Cabañas: una nueva aproximación. México, el autor, 2005. Tesis de Licenciatura en Periodismo y Comunicación Colectiva, UNAM/FES-Acatlán.
-Robles Garnica, Guillermo. Guadalajara, la guerrilla olvidada. Presos en la isla de la libertad. México, Ediciones La otra Cuba, 1996.
-Rosales, José Natividad. ¿Quién es Lucio Cabañas? ¿Qué pasa con la guerrilla en México? México, Posada, 1974.
__________. ¿Ha muerto Lucio Cabañas? México, Posada, 1974.
-Rubio Zaldívar, Andrés. Tesis sobre el movimiento armado en Chihuahua. Chilpancingo, Ediciones EPMAT, 1995.
_________. Documento inédito sobre el movimiento armado en Guerrero. Chilpancingo, Ediciones EPMAT, 1995.
-Salas Obregón, Ignacio Arturo. Cuestiones fundamentales del movimiento revolucionario. México, Tierra Roja, 2003.
-Salcedo García, Carlos. Grupo guerrillero lacandones. La luz que no se acaba. México, Símbolo Digital, versión electrónica.
-Salgado Salgado, Armando. Una vida de guerra. México, Planeta, 1990.
-Sánchez Parra, Sergio Arturo. La guerrilla y la lucha social en Sinaloa. 1972-1974. Culiacán, El autor, 2001. Tesis de maestría en Historia Regional, UAS: Facultad de Historia.
-Santiago Dionisio, Octaviano. El movimiento estudiantil guerrerense. México, Universidad Autónoma de Guerrero, 1980.
-Scherer, Julio y Carlos Monsiváis. Los patriotas. México, 2004.
-Sierra Guzmán, Jorge Luis. El enemigo interno: contrainsurgencia y fuerzas armadas en México. México, Plaza y Valdés-UIA-CEEAN, 2003.
-Solís Robledo Jaime. Rescate para la historia: la fuga de Genaro Vázquez Rojas narrada por Donato Contreras Javier. México, Los Reyes, 2003.
-Sotelo, José, coord. Informe Histórico a la Sociedad Mexicana ¡Qué no vuelva a suceder! México, Fiscalía Especial para Movimientos Sociales y Políticos del Pasado, 2006, (borrador), 678 p.
-Suárez, Luis. Lucio Cabañas, el guerrillero sin esperanza. México, Roca, 1976.
-Tello, Carlos. La rebelión de las cañadas. México, Cal y Arena, 1995.
-Toro Rosales, Salvador del. Testimonios. Monterrey, Sindicato de Trabajadores de la Universidad Autónoma de Nuevo León, 1996.
-Ulloa Bornemann, Alberto. Sendero en tinieblas. México, Cal y Arena, 2004.
-Zamora, Jesús. Ciudades de fuego. La Unión del Pueblo en Guadalajara. Guadalajara, Vavelia, 2007.
miércoles, 17 de septiembre de 2008
Convocatoria de Calibre 68 II

CONVOCA a todos los escritores, poetas e interesados en conmemorar el 40 aniversario de los acontecimientos del 2 de Octubre de 1968 en Tlatelolco, a participar escribiendo un texto alusivo al tema. La composición –epigrama, poema, etc– deberá contener 40 palabras y se entregará hasta el día 25 de septiembre como fecha límite. Las textos recibidos se integrarán como textos de sala de la exposición programada el día 3 de Octubre de 2008 en la Galería de Radio UNAM.
Para recepción de trabajos y para mayor información escribir a la siguiente dirección de correo: klibre68@gmail.com
lunes, 15 de septiembre de 2008
Convocatoria de Calibre 68

CONVOCA a todos los artistas plásticos, escultores, graffiteros, grabadores y a todos aquellos interesados a realizar una obra alusiva al 40 aniversario de los acontecimientos del 2 de Octubre de 1968 en Tlatelolco. Las obras son libres de técnica, ya sea cartel, escultura, graffitti, pintura, etc. y serán expuestas en el mural colectivo ubicado en la siguiente dirección: http://www.flickr.com/groups/calibre68 * para su posterior exhibición el día 3 de octubre en la galería de Radio UNAM, como parte de las actividades que esta institución desarrolla en torno a esta fecha.**Esta convocatoria queda abierta a partir de la fecha de su publicación y quedará cerrada el día 20 de septiembre del año en curso. Para más información escribir al siguiente e-mail: klibre68@gmail.com* En caso de contar el participante con una cuenta Flickr podrá subir sus imágenes por sí mismo o bien, enviarlas a la dirección de correo mencionada.** Las piezas serán solicitadas en formato digital para su exhibición en galería, tamaño tabloide en alta resolución (300dpi) para fotografía y carteles deberán ser en los tamaños 40 cms x 60 cms a la misma resolución. En caso de desear el participante exhibir una pieza en particular, una pintura en físico, deberá apegarse a los lineamientos citados.
Cuarenta años desapareciendo gente
En México existen más de mil detenidos-desaparecidos por razones políticas y quizá no menos de ocho mil a causa de la guerra contra el narcotráfico. En este universo de casos, el común denominador es que todos los ciudadanos, inocentes o no, en lugar de ser sometidos al proceso penal correspondiente, han sido detenidos por agentes de alguna corporación policiaca o militar y hasta la fecha se ignora su paradero. Aunque los famosos "levantados" no entran en esta categoría, sino en la de privación ilegal de la libertad en la modalidad de plagio o secuestro (que es un delito cometido únicamente por particulares), el hecho de que el Estado no promueva la apertura y el desarrollo de averiguaciones previas -tratándose de delitos federales, que se persiguen de oficio- condena al desamparo jurídico a los ofendidos.
En este país, la desaparición forzada ha sido el crimen de Estado por antonomasia: no deja huellas ni testigos, está envuelta en un marasmo jurídico que favorece la impunidad y toda denuncia cae en un hoyo negro de irresponsabilidad institucional. Como política de Estado, ha resultado una forma tan infalible de deshacerse de los "enemigos internos" que se ha aplicado con singular recurrencia. Me atrevería a afirmar incluso que, en toda Iberoamérica, sólo en Colombia y México se ejerce la desaparición forzada, tanto por motivos políticos como por los asociados al narco. Por si fuera poco, a diferencia de lo ocurrido en países como Argentina y Chile, en los que hubo una reivindicación institucional y social del problema, los desaparecidos mexicanos y sus familias han sido objeto de una doble victimización: a través de la denegación total de justicia, por parte del Estado, y con un silencio impenetrable, de parte de la sociedad. La ecuación perfecta para abrir camino a la infamia.
Como lo han descrito los escasos especialistas en el tema, los efectos de la desaparición son expansivos. Se afecta no sólo a la víctima sino a todo su entorno, a manera de círculos concéntricos. La incertidumbre y el terror generados dentro de las redes sociales del desaparecido no tienen parangón. Aunque no cabe hablar sólo de efectos disuasivos, éstos resultan los más comunes para inhibir la participación ciudadana en los movimientos sociales. Cualquier luchador social ajeno por completo a la clase política, vive con el miedo permanente de ser detenido, torturado, asesinado o desaparecido.
Las primeras desapariciones forzadas se llevaron a cabo en el contexto de los movimientos campesino y estudiantil. Los registros más actualizados sobre los desaparecidos arrancan con el campesino Santiago García, oriundo de San Jerónimo de Juárez, Gro., miembro de la Asociación Cívica Nacional Revolucionaria, detenido el primero de mayo de 1968. Desafortunadamente no se conocen muchos casos específicos pertenecientes a ese año, pero el conjunto de pruebas reunidas conduce a sostener, con muy pocas dudas de por medio, que en 1968 la desaparición forzada se convirtió en la política de Estado que definiría el carácter de la llamada "guerra sucia".
Tengo la suerte de pertenecer a una generación de jóvenes interesados en el rescate de la memoria de dicha guerra. En un día como hoy (en el que se conmemora el inicio de la gesta independentista de los insurgentes del siglo XIX), ratifico la sensación de que, el estudio del exterminio de los insurgentes de la segunda mitad del siglo XX, ha diluido por completo mis resabios nacionalistas. Me siento realmente avergonzada de vivir en un lugar en el que mientras más grande es la atrocidad, mayor es el silencio y la complicidad social que concita. ¿Qué tiene que ver este recién descubierto país con lo que se me enseñó desde la primaria hasta la licenciatura en Historia?
Cuando me adentré en el estudio del movimiento armado socialista, consideraba que aquellas cifras abstractas de desaparecidos no pasaban de ser indicadores de la descomposición del sistema político mexicano. No tenía la menor idea de la tragedia colectiva que envuelve a las miles de familias que han sido víctimas de esta forma de tortura continuada, como tampoco la tienen el grueso de mis compatriotas, envueltos como están en dinámicas de evasión que les permitan escapar ilusoriamente de la grotesca realidad nacional.
Adicionalmente, a diferencia de otros lugares en los que se han puesto en marcha políticas de "justicia transicional", en México nadie habla de los desaparecidos más allá de los pequeñísimos círculos de organizaciones de familiares y exguerrilleros, que tan bien se conocen los rostros. Hasta ahora el gobierno ha triunfado: los desaparecidos han sido también sustraídos de la memoria colectiva. Creo que por eso me empecino en recordarlos todos los días. Tengo un avión Aravá a escala en la sala de mi casa, para no olvidar ni por un instante qué clase de país es este. Y cuando lo miro, no puedo evitar preguntarme: ¿quiénes? ¿cuántos? ¿por qué? Ojalá sólo fuera una cuestión de horror moral ante la barbarie, o el desmoronamiento de mi convicción de compartir una identidad nacional con una comunidad imaginaria, pero es algo tan grande que no lo puedo describir. Lo sentí desde la primera vez que, en busca de datos biográficos sobre un guerrillero, toqué a la puerta de una casa y, al explicar a la atribulada madre mi objetivo, me preguntó con la voz entrecortada: "¿tú sabes dónde está mi hijo?". Esta pregunta, repetida durante décadas por miles de voces a lo largo de América Latina, me impulsa poderosamente a buscar una respuesta.
Por otro lado, pienso conectivamente en todos los miles de "desechos humanos" que año con año van a dar a las fosas comunes, sin que nadie se tome la molestia de averiguar su procedencia. En contraste, treinta o cuarenta años después, los familiares, amigos y vecinos de los desaparecidos siguen interrogándose por su paradero. Puedo certificar que los desaparecidos fueron y siguen siendo personas muy, muy amadas, y que los suyos no han renunciado a encontrarlos. Su sentido de dignidad es una lección que no debiera pasar inadvertida a los predicadores del nihilismo. Donde la gente es capaz de amar de esa manera, puede florecer la esperanza.
A la fecha, sigo sin encontrar a los desaparecidos, pero el tamaño de la incertidumbre me ha hecho perder toda inocencia o ingenuidad acerca de la naturaleza de los sistemas políticos, ya sean autoritarios o pretendidamente democráticos. Un Estado cualquiera arrasará con todo aquello que interfiera en la consecución de fines unilateralmente establecidos.
Considero que reivindicar la memoria de la "guerra sucia" en general y la de los desaparecidos en particular no es un mero ejercicio nostálgico u ocioso, es en última instancia un problema de definición existencial que nos permite responder a las preguntas: ¿qué hemos sido? ¿cómo queremos ser? Tengo la profundísima convicción de que los desaparecidos y los asesinados por razones políticas le hicieron falta no sólo a sus padres, esposos e hijos, nos hicieron mucha, mucha falta a todos para construir un mejor país. O por lo menos, uno en el que haya igualdad de oportunidades para todos, la rapiña de las elites sea sujeta a regulación social, el Estado no renuncie a patrocinar el bienestar común, el narcotráfico no sea simultáneamente promovido y combatido por las instituciones y los políticos, policías y militares que cometieron crímenes contra la humanidad no se paseen impunemente por México y el mundo, recibiendo condecoraciones y reconocimientos a su trayectoria. Creo que con eso me conformaría. Claro, también con que no tuviéramos que volver a poner a un ciudadano en un censo o estadística sobre desaparecidos, ni a llevar recuentos macabros sobre las décadas en que hemos permitido que se vulnere flagrantemente la dignidad humana.
miércoles, 10 de septiembre de 2008
Pena de muerte sucia
http://www.jornada.unam.mx/2008/09/09/index.php?section=opinion&article=020a2pol